Isabel Studer
Presidenta de Sostenibilidad Global

La electrificación de todo se ha convertido en una de las tendencias más transformadoras a nivel global. Este proceso, que sustituye tecnologías basadas en combustibles fósiles por soluciones eléctricas provenientes de fuentes renovables como la solar, la eólica y la hidráulica, es esencial para abordar la lucha contra el calentamiento global y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Además de descarbonizar industrias tradicionales, está impulsando la innovación en vivienda, servicios públicos y conectividad digital, transformando nuestras vidas y ciudades.
En mi trayectoria profesional, he tomado muchos caminos, como un árbol con muchas ramas. He estado en la academia, el sector público y la sociedad civil. Para mi doctorado, estudié la integración de la industria automotriz con un enfoque de economía internacional. Ahí, por primera vez, me percaté de la importancia de los factores ambientales y sociales del comercio y la producción transfronteriza. Este descubrimiento despertó en mí una pasión por el cambio climático, un tema que me llevó inevitablemente a interactuar con el sector eléctrico. Con la electrificación de todo, encuentro conexiones naturales entre los mundos de la electricidad, el automotriz, el transporte y el cambio climático. Fue un camino lleno de desafíos, especialmente en un entorno dominado principalmente por hombres, donde el statu quo a menudo dificulta la innovación. Sin embargo, esta experiencia también me dio una perspectiva única sobre cómo superar barreras y fomentar el cambio.
El sector eléctrico se ha convertido en el eje de un cambio sistémico que impacta sectores clave como la manufactura, el transporte y la digitalización. En este contexto, también ofrece oportunidades significativas para liderar el empoderamiento de las mujeres, facilitando su participación en procesos como la manufactura avanzada, y el diseño de sistemas eléctricos y redes inteligentes. La electrificación inclusiva tiene el potencial de transformar tanto el sector eléctrico como la vida de millones de mujeres.
Hoy, los retos de género en el sector eléctrico siguen siendo significativos:
Falta de Representación y Diversidad: Las mujeres enfrentan discriminación y sesgos que limitan su participación y desarrollo profesional. En México, solo el 17% de los trabajadores del sector son mujeres, y apenas un 2% ocupa roles técnicos en la CFE. Esta falta de diversidad limita la innovación y cuestiona la legitimidad del sector para liderar una transición energética justa.
Brechas Salariales y Desigualdad de Oportunidades: Las mujeres ganan menos que sus colegas masculinos y tienen menos acceso a puestos de liderazgo. Esto representa una desventaja económica y una pérdida de perspectivas diversas en la toma de decisiones.
Dificultades para Conciliar Vida Laboral y Personal: Las responsabilidades del hogar limitan la disponibilidad de las mujeres para asumir roles de mayor exigencia o desarrollo profesional. Las condiciones laborales pueden ser riesgosas, especialmente para mujeres en etapas como el embarazo, lo que destaca la necesidad de adecuaciones laborales.
Acceso Limitado a Formación Técnica: La falta de capacitación en STEM (en español, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) restringe las oportunidades de las mujeres para acceder a roles técnicos competitivos.
Para abordar estos retos, es fundamental implementar una serie de estrategias integrales que garanticen la inclusión efectiva de las mujeres en el sector eléctrico:
Diseñar políticas inclusivas: Es crucial desarrollar y adoptar políticas que fomenten la igualdad de género en todos los niveles del sector energético. Esto incluye medidas de contratación que eliminen sesgos, programas de promoción para mujeres con talento y la creación de entornos laborales más diversos y equitativos.
Fomentar la mentoría y el liderazgo: Los programas de mentoría deben ser una prioridad para garantizar que las mujeres tengan acceso a orientación y redes profesionales que impulsen su desarrollo. Además, es necesario promover el liderazgo femenino en áreas estratégicas, mostrando modelos a seguir que inspiren a futuras generaciones.
Impulsar la formación en STEM: Incrementar el acceso de las mujeres a programas educativos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas es esencial para romper las barreras que enfrentan en roles técnicos y de alta especialización. Esto debe incluir becas, talleres y alianzas con instituciones educativas.
Crear redes de apoyo y visibilidad: Las mujeres en el sector eléctrico deben contar con espacios donde puedan compartir experiencias, generar conexiones y visibilizar sus logros. Las organizaciones deben promover eventos y plataformas que destaquen sus contribuciones al sector.
Asegurar condiciones laborales seguras y equitativas: Es fundamental garantizar que las políticas laborales consideren las necesidades específicas de las mujeres, como adecuaciones para el embarazo, salud reproductiva y horarios flexibles que faciliten la conciliación de la vida laboral y personal.
Incluir la perspectiva de género en la transición energética: Las estrategias de electrificación y transición hacia energías renovables deben incorporar un enfoque de género. Esto no solo fortalecerá la equidad, sino que también enriquecerá las soluciones con perspectivas diversas que beneficien a toda la sociedad.
La diversidad no solo es una cuestión de equidad, sino también de rentabilidad. Las empresas que adoptan una estrategia de género pueden traducirla en impacto medible y ganancias financieras. Los negocios con un propósito no solo mejoran su imagen, sino también la lealtad de los empleados, la innovación y la resiliencia. Además, estas prácticas fortalecen la confianza de los consumidores, lo que resulta en ventajas competitivas sostenibles.
En suma, la electrificación de todo no solo debe ser sostenible, sino también equitativa. La inclusión de las mujeres en el sector eléctrico no es solo una cuestión de justicia social, pero sobre todo es una oportunidad para mejorar la innovación, a través de la diversidad y la inclusión, asegurando un impacto positivo en la sociedad, fortaleciendo la lucha contra el cambio climático y construyendo un futuro más justo y próspero para todos.
