
TANIA KALINKA
CERDA SAUVAGE Vicepresidente de Mercadotecnia y Ventas Internas para Schneider Electric México y Centroamérica

La autora cuenta con más de 15 años de experiencia en el sector eléctrico, así como estudios de Ingeniería Eléctrica Electrónica en la FI de la UNAM y un diplomado en sostenibilidad, eficiencia energética y desarrollo sostenible también en la UNAM.
Cuando ponemos sobre cualquier mesa de conversación los temas de sostenibilidad es difícil que encontremos a alguien que no se encuentre de acuerdo con que es un tema relevante, e incluso en una era de lo políticamente correcto, muchos agregan las contribuciones que a título personal o de organización pueden estar haciendo. Sin embargo, la realidad es que el tema es más complejo de lo que solemos pensar, al contar con diferentes ángulos, algunos sumamente técnicos, sin mencionar los políticos.
Desde una perspectiva personal y profesional, que incluye una formación técnica, además de una educación especifica y actualización constante en materia de sostenibilidad, reconozco que es esta complejidad conceptual lo que puede hacer que perdamos la batalla por mantener los recursos de nuestro planeta viables para las siguientes generaciones.
Con lo anterior no busco desalentar a nadie a tomar acciones, o disculpar acción o falta de ella que nos aleje de la meta, sin embargo, soy firme creyente de que reconocer el problema nos avanza en el camino a resolverlo, más aún, nos brinda comprensión del porqué en un tema como este los avances son limitados, al ser considerado muchas veces lejano a la gente.
Es por ello que, parte de nuestra misión en cuanto a los temas de sostenibilidad incluye dos factores importantes pocas veces mencionados: por un lado, comunicación efectiva, entre ellos, llamados a la acción claros y viables para la audiencia correspondiente, y, por otro lado, compartir conocimiento y desarrollo. No podemos avanzar en estos temas de manera individual, debemos hacerlo de manera colectiva, efectiva y apresurada.
Uno de los ejemplos de cómo se puede sesgar nuestra focalización se evidencia en el tema de la energía, y más específicamente en la forma en que las discusiones se han dirigido en mayor medida al suministro, a través de fuentes alternativas de energía y electrificación, sin embargo, la eficiencia energética no debe pasarse por alto. Tradicionalmente menos entendida (al ser más difícil de visualizar, medir, incentivar o legislar) la eficiencia energética proporciona un camino crítico para atender la energía perdida o desperdiciada, y por tanto asegurando mayor suficiencia del sistema energético actual.
Antes de sumergirnos en el tema de eficiencia energética, es importante entender los lados de la ecuación de suministro y demanda.
El lado de suministro se define por los diferentes tipos de fuentes de energía tales como: combustibles fósiles, renovables, nucleares, etc. El consumo de estos tipos de energía es el lado de la demanda en la ecuación. En los sistemas actuales solo 1/3 de la energía que se produce llega a los usuarios, las otras 2/3 partes se pierden o desperdician. Otra forma de verlo es que, si ahorramos una unidad de energía en la demanda, evitaremos tres unidades producidas en el suministro – en la mayoría de los casos provenientes de fuentes fósiles.
Siendo este el planteamiento, la búsqueda de nuevas fuentes de energía puede encontrar en la eficiencia energética un aliado importante para cubrir las necesidades presentes y futuras que permitan mantener un balance entre el desarrollo y el cuidado del medio ambiente.
Conforme se elevan las presiones derivadas del cambio climático y la crisis energética, ambos lados de la ecuación se tornan igualmente importantes para alcanzar el objetivo de “cero emisiones”. Esto representa un llamado a un reinicio necesario del sistema energético entero, enfocado tanto en el suministro (transición energética) y de la demanda (eficiencia energética).
La demanda se divide entre optimización y cambio de proceso. La optimización de la demanda incluye adaptaciones en los comportamientos tales como suficiencia en las edificaciones, cambios en los modos de transporte, circularidad, y el impacto de otras transformaciones sectoriales. Los cambios de proceso incluyen la electrificación del sistema eléctrico.
Es tiempo de que el lado de la demanda sea reconocido como un catalizador legítimo de nuestra meta climática. Además, la tecnología para lograrlo, como lo son el software y renovables ya está disponible, solo es cuestión de implemeantarla. Creemos firmemente que la eficiencia energética se alcanza mediante un mundo más digital y eléctrico. A ello le llamamos Electricidad 4.0, ya que la electricidad es la forma más eficiente de energía y el mayor vector para la descarbonización.

El tiempo se acaba, pero aún podemos hacer nuestra parte y contribuir de manera positiva. Desde Schneider Electric, queremos hacer un llamado a nuestros clientes, socios comerciales y proveedores para que se unan a nuestro propósito de impulsar la transformación digital con una visión sustentable, a través de tecnologías que, en el corto plazo, impulsen cambios que reduzcan la cantidad de energía usada en sus acciones diarias. En el mediano y largo plazo, con la convergencia entre lo eléctrico y lo digital, se puede acceder a posibilidades innovadoras que desbloqueen el potencial para la eficiencia, resiliencia y sostenibilidad, y de forma más crítica, procurar la seguridad energética y reducir el impacto climático de sus operaciones.
Si quieren conocer más sobre este importante tema, los invito a entrar en los siguientes vínculos en los cuales encontrarán:
• Capacitación gratuita en temas de sostenibilidad
• Compromisos y consultoría en sostenibilidad de Schneider Electric
