CONFERENCIA
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Speaker:
• José Luis Peralta, Director General de la Oficina de Transformación Digital, IFT
• Erik Fritz Andrade, Especialista Sr. en Telecomunicaciones, ANCE (Moderador)
Con la presentación de Erik Fritz, Especialista Sr. en Telecomunicaciones de ANCE, inició la presentación de José Luis Peralta, Director General de la Oficina de Transformación Digital del IFT, con un tema que en palabras de Fritz puede no ser conocido por todos, pero que sin duda los usuarios de las tecnologías de la información y las comunicaciones experimentamos de una forma u otra: la llamada brecha digital.
La estratificación digital, también conocida como brecha digital, es una clara manifestación de la desigualdad en el acceso, impacto y uso de las tecnologías de la información y comunicación. Esta disparidad puede originarse a partir de una variedad de factores, y de la misma forma, solventarla no recae en un único sector.
Para Peralta, la evolución de las comunicaciones ha sido un proceso constante a lo largo de los años, partiendo desde las tecnologías analógicas hasta llegar a los servicios de 5G y Wi-Fi que disfrutamos hoy en día. Estos avances nos brindan alta velocidad y rendimiento tanto en espacios públicos como privados, al permitir compartir el espectro radioeléctrico de manera eficiente. Sin embargo, es esencial destacar que la transformación digital no se reduce únicamente a las redes de telecomunicaciones, ya que requiere infraestructuras sólidas para su funcionamiento efectivo.
La transición de las comunicaciones analógicas a las digitales marcó un cambio significativo en la evolución tecnológica. En sus inicios, las transmisiones de información se basaban en energía que conectaba los teléfonos, aunque todo el proceso era analógico; incluso en tiempos recientes, aún hay viviendas con conexiones de pares de cobre.
La digitalización comenzó a tomar forma en la telefonía en las décadas de los setenta y ochenta, particularmente en la miniaturización y la incorporación de la electrónica y microelectrónica en las centrales, reemplazando a las antiguas centrales totalmente electromecánicas. Este proceso condujo a la digitalización, donde la conexión comenzó a migrar de los cables de cobre a la fibra óptica. Si bien la fibra óptica no se utilizaba inicialmente para transmitir grandes cantidades de información, su llegada a hogares y oficinas tomó más tiempo debido a los retos en la infraestructura.
Más adelante las centrales telefónicas evolucionaron para convertirse en sistemas digitales, y el término “redes de telecomunicaciones” ya no se limita a servicios individuales como telefonía o televisión por cable, sino que abarca una amplia gama de medios, desde cables coaxiales hasta fibra óptica y tecnologías inalámbricas como el 5G.
A medida que el mundo se encamina hacia la implementación del 5G, el siguiente estándar, el 6G, ya está en proceso de desarrollo por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Aunque las inversiones y desafíos en infraestructura son notables, se reconoce que la infraestructura de telecomunicaciones es sólo una capa dentro del entorno de las infraestructuras digitales en constante expansión.
En la actualidad, el concepto de transformación digital se ha vuelto omnipresente, requiriendo que tanto individuos como organizaciones adquieran habilidades digitales. Las redes de telecomunicaciones, como se mencionó previamente, han experimentado una transformación profunda, pasando de ser meras proveedoras de servicios específicos a ser plataformas flexibles que se adaptan a las necesidades del usuario.
Ahora, el servicio ofrecido depende de las preferencias y requerimientos individuales, desde el chateo hasta el envío de videos o cualquier otra interacción a través de diversas plataformas digitales. Esta evolución no se limita a la infraestructura de telecomunicaciones, sino que va más allá, dando paso a la creación de la Oficina de Transformación Digital del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Un desafío clave es la instalación de infraestructuras de telecomunicaciones, ya que son la base para llevar a cabo la transformación. Aunque México ha experimentado un crecimiento del 5% en el acceso a banda ancha el año pasado, comparado con otros países como Corea, España o Chile, aún hay un camino importante por recorrer.
Aunque el crecimiento de México en números absolutos parece destacar, es necesario tener en cuenta su contexto. La conectividad en los hogares a través de tecnologías alámbricas e inalámbricas, también refleja desafíos. Mientras que tecnologías obsoletas como el par de cobre están siendo reemplazadas por opciones más avanzadas como la fibra óptica, persisten retos en la expansión de la infraestructura. Esta transición se presenta como un proceso gradual y desafiante, pero esencial para garantizar un acceso digital equitativo y transformador.
Adicionalmente en México la instalación de infraestructura en las calles enfrenta un desafío particular debido a la autonomía de los municipios. Cuando se busca instalar infraestructura como cables, es necesario obtener permisos de cada municipio involucrado, lo que puede resultar en una serie de requisitos y regulaciones dispares.
Se han iniciado mesas de trabajo con gobiernos estatales y municipales, así como con la industria para tratar de lograr una mayor armonización de regulaciones y mejorar la infraestructura digital. Los indicadores y encuestas también se están utilizando para evaluar el progreso y las necesidades tecnológicas en los estados y municipios.
Además, se está trabajando en la asequibilidad de los productos digitales para garantizar que todos puedan acceder a las tecnologías necesarias. Estos esfuerzos muestran un compromiso continuo para impulsar la transformación digital en México, a pesar de los desafíos que surgen en el camino.
Paralelamente, el desarrollo de habilidades digitales se ha vuelto esencial para dar sentido a la conectividad. Los programas de cobertura históricamente han carecido de éxito al no brindar un propósito claro para la conectividad más allá de simplemente proporcionarla. El énfasis en desarrollar habilidades digitales y aprender a utilizar herramientas y servicios de esta índole permitirá un uso efectivo de la conectividad, trascendiendo el entretenimiento y promoviendo su aplicación en la vida cotidiana y laboral.
En conclusión, José Luis Peralta expone que los aspectos más relevantes para cerrar la brecha digital se centran en: la necesidad de una política pública sólida en transformación digital que permita una dirección unificada y un enfoque coordinado en el avance tecnológico; la colaboración con diferentes entidades y la búsqueda de alianzas para impulsar propuestas de política pública que reduzcan los costos de infraestructura; una mejora en el acceso para los usuarios finales.
En resumen, se está trabajando en múltiples frentes para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que la transformación digital ofrece en nuestro país.