El reto para la infraestructura de la electromovilidad en México
La electromovilidad cada día cobra más fuerza en México, no sólo por el aumento el número de unidades manufacturadas en nuestro territorio, sino también por su uso. Durante 2022, el número de vehículos eléctricos creció un 33% comparado con el año anterior a nivel nacional. Con ello resulta evidente la necesidad de contar con infraestructura que acompañe al crecimiento del sector.
Es importante mencionar que, al hablar de infraestructura para la electromovilidad, se habla de dos tipos: las estaciones de recarga y la infraestructura eléctrica.
Adicionalmente, se requieren condiciones de regulación, inversiones y demanda para la implementación de dicha infraestructura.
Las estaciones de recarga son fundamentales para el funcionamiento de los autos eléctricos y el despliegue de estaciones es uno de los retos más importantes para su funcionamiento.
De manera global, se espera que el número de estaciones aumente a una tasa de crecimiento anual del 31% y que alcance más de 66 millones de unidades en 2030.
Es cierto que muchos vehículos utilizarán cargadores domésticos, que generalmente operan durante la noche. Sin embargo, para su uso en ciudades y en viviendas en dónde no existe la posibilidad de recargar un automóvil, es crucial considerar la necesidad de instalar infraestructura de recarga para vehículos tanto ligeros como pesados en ubicaciones de acceso público y en carreteras.
Un obstáculo adicional es la falta de homologación de los cargadores, que hace más complicado el despliegue y operación de las estaciones de recarga. Es importante que sigamos trabajando como país para definir la mejor ruta para equiparar esa infraestructura.
¿Cómo empezar a enfrentar estos retos?
Durante las sesiones del Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte, llevadas a cabo en la Secretaría de Relaciones Exteriores, se recomendó iniciar con la elaboración de estudios confiables que muestren la oferta actual de estaciones. Con ello, se podrá geolocalizar las zonas que deberán priorizarse para instalar más infraestructura de recarga, de acuerdo con la demanda futura de vehículos.
Asimismo, es indispensable seguir trabajando para regular los aspectos que rodean a la infraestructura de recarga, por ejemplo, para acceso a las estaciones, operaciones, permisos y formas de pago. Es importante compartir la información con la población, para que sea accesible y se puedan tomar decisiones informadas al momento de considerar la compra de vehículos eléctricos.
El segundo rubro de infraestructura es la red eléctrica que no sólo es un tema crítico para la electromovilidad, sino que se ve impactado por ella. El aumento en la demanda de vehículos eléctricos, acompañado de la instalación de estaciones de recarga, ocasionará aumentos en el consumo y, en consecuencia, en la generación de energía.
Para cubrir la demanda eléctrica que genera la electromovilidad será necesario generar más energía. Dados los compromisos internacionales para hacerle frente al cambio climático, sería recomendable que esa energía adicional provenga de fuentes limpias.
Si se espera contar con un crecimiento acelerado de vehículos eléctricos, siguiendo las tendencias de mercado, la infraestructura de la red de generación, transmisión y distribución deberá estar lista para soportar el aumento en la demanda energética para la recarga de vehículos eléctricos.
Existen algunas opciones, como soluciones de autoconsumo y gestión de la demanda, que ayudan a mitigar los impactos en la red eléctrica; no obstante, es indispensable contar con una estrategia integral para hacer frente a este obstáculo.
Como parte de las recomendaciones del Grupo de Trabajo para el tema de la red, se mencionó la importancia de identificar los puntos críticos de la misma para buscar soluciones de manera proactiva, para las cuales se requerirán inversiones en infraestructura, tecnología e innovación.
Sin duda, la infraestructura es uno de los retos más relevantes para la electromovilidad. Es clara la necesidad de trabajar en conjunto y tomar las medidas necesarias para implementar las acciones que nos acerquen cada día más a la electromovilidad.
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